La fascitis plantar es una inflamación de la fascia plantar, una banda de tejido que se extiende desde el talón hasta los dedos del pie y que sostiene el arco del pie. Esta afección es una de las causas más comunes de dolor en el talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o después de estar mucho tiempo de pie o sentado.
La causa exacta de la fascitis plantar no se conoce, pero se cree que puede estar relacionada con la tensión y el estrés repetidos sobre la fascia, que provocan pequeños desgarros e irritación. Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir esta afección son la edad, el sobrepeso, ciertos tipos de ejercicio que ejercen mucha presión sobre el talón, la mecánica del pie (pies planos, arco alto o forma de caminar anormal) y las profesiones que requieren estar mucho tiempo de pie sobre superficies duras.
El tratamiento de la fascitis plantar se basa en medidas conservadoras que buscan aliviar el dolor y la inflamación, y favorecer la cicatrización del tejido. Entre estas medidas se encuentran las siguientes:
- Tomar analgésicos como el ibuprofeno o el naproxeno sódico, que pueden reducir el dolor y la inflamación de la zona afectada.
- Hacer ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para la fascia plantar y el tendón de Aquiles, que pueden mejorar la flexibilidad y la movilidad del pie. Un fisioterapeuta puede enseñar los ejercicios más adecuados para cada caso.
- Usar dispositivos especiales como férulas nocturnas, que mantienen el pie en una posición extendida durante la noche para promover el estiramiento; órtesis o plantillas ortopédicas, que distribuyen el peso del pie de manera más uniforme y brindan apoyo al arco; o bota para caminar, bastones o muletas, que evitan que se apoye todo el peso sobre el pie lesionado.
- Aplicar remedios caseros como sales de Epsom, jengibre, cúrcuma, vinagre de manzana, aceite de coco y aceite de lavanda, que pueden tener propiedades antiinflamatorias y analgésicas. También se puede masajear el pie a lo largo del arco plantar, desde el talón hasta los dedos, para estimular la circulación y relajar los músculos.
- Recurrir a tratamientos más invasivos como inyecciones de corticoides o plasma rico en plaquetas, que pueden aliviar temporalmente el dolor e inflamación; o cirugía, que consiste en liberar parte de la fascia plantar del hueso del talón. Estos tratamientos solo se indican cuando las medidas anteriores no han dado resultado después de varios meses.
La prevención de la fascitis plantar pasa por evitar los factores de riesgo que pueden provocarla. Algunas recomendaciones son las siguientes:
- Mantener un peso saludable para evitar sobrecargar los pies.
- Elegir un calzado adecuado que sea cómodo, amortigüe bien el impacto y se adapte a la forma del pie.
- Evitar caminar descalzo o con calzado muy plano o duro.
- Calentar antes de hacer ejercicio y evitar actividades que causen dolor o molestias en el talón.
- Descansar lo suficiente y alternar períodos de actividad con períodos de reposo.
La fascitis plantar es una afección frecuente pero tratable. Con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado se puede lograr una recuperación completa y evitar complicaciones como el dolor crónico en el talón o problemas en otras partes del cuerpo por cambiar la forma de caminar.
Fuentes:
Fascitis plantar – Diagnóstico y tratamiento – Mayo Clinic
Fascitis plantar – Síntomas y causas – Mayo Clinic
Fascitis plantar: Qué es y cómo tratarla | Fisiomarket
Qué es la fascitis plantar, cuándo aparece y cómo corregirla
Fascitis plantar: causas, prevención y tratamiento – Vitónica