La obesidad es una condición que afecta a millones de personas en el mundo y que se asocia con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, artrosis y algunos tipos de cáncer. Sin embargo, algunas personas creen que es posible ser obeso y estar sano al mismo tiempo, siempre que se mantengan unos hábitos de vida saludables y unos niveles normales de colesterol, glucosa y presión arterial. A este fenómeno se le ha llamado «obesidad sana» o «metabólicamente sana», pero ¿es realmente posible?
La respuesta es no. No existe eso que llaman obesidad sana: si estás obeso, la salud pasa por adelgazar sí o sí. Así lo demuestran numerosos estudios científicos que han analizado los efectos a largo plazo de la obesidad sobre la salud, independientemente de otros factores de riesgo. Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology en 2018 encontró que las personas con obesidad metabólicamente sana tenían un 28% más de probabilidades de desarrollar enfermedad coronaria que las personas con peso normal. Otro estudio publicado en el European Heart Journal en 2019 concluyó que las personas con obesidad metabólicamente sana tenían un 96% más de riesgo de insuficiencia cardíaca, un 46% más de riesgo de enfermedad cardiovascular y un 11% más de riesgo de muerte por cualquier causa que las personas con peso normal.
Estos resultados sugieren que la obesidad por sí misma es un factor de riesgo para la salud, independientemente del estado metabólico. La razón es que la obesidad implica una acumulación excesiva de grasa corporal, especialmente en el abdomen, que produce una inflamación crónica y altera el funcionamiento normal de los órganos y los tejidos. Además, la obesidad puede provocar cambios hormonales, resistencia a la insulina y estrés oxidativo, que favorecen el desarrollo de enfermedades crónicas.
Por lo tanto, si tienes obesidad, lo mejor que puedes hacer por tu salud es perder peso. Para ello, debes seguir una dieta equilibrada y baja en calorías, aumentar tu actividad física y evitar el sedentarismo. También puedes recurrir a tratamientos médicos como la proloterapia, una terapia de inyección regenerativa que ayuda a tratar el dolor crónico relacionado con ligamentos, tendones y articulaciones. La proloterapia consiste en inyectar soluciones regenerativas en los tejidos lesionados o debilitados por la obesidad, lo que estimula la reparación y el fortalecimiento de los mismos. La proloterapia puede mejorar tu calidad de vida y facilitar tu proceso de adelgazamiento.
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