El dolor de cuello es una de las molestias más frecuentes en la población. Según algunos estudios, hasta el 70% de las personas lo padecen en algún momento de su vida. Las causas pueden ser diversas, desde malas posturas, estrés, traumatismos o enfermedades degenerativas. Sin embargo, hay un factor que puede influir mucho en la aparición y el alivio del dolor de cuello: el sueño.
El sueño es una función vital que permite al organismo recuperarse física y mentalmente. Durante el sueño se producen procesos de reparación celular, regulación hormonal, consolidación de la memoria y el aprendizaje, entre otros beneficios. Además, el sueño tiene un efecto analgésico natural, ya que reduce la sensibilidad al dolor y aumenta la liberación de endorfinas, sustancias que generan bienestar y placer.
Por el contrario, la falta o la mala calidad del sueño puede tener consecuencias negativas para la salud. Entre ellas se encuentra el aumento del riesgo de padecer dolor crónico, especialmente en la zona cervical. Esto se debe a que el sueño insuficiente o interrumpido altera los mecanismos de regulación del dolor, aumenta la inflamación y reduce el umbral del dolor. Así, el dolor se percibe con mayor intensidad y dura más tiempo.
Por eso, dormir bien es una medida preventiva y terapéutica para el dolor de cuello. Para ello, se recomienda seguir una serie de hábitos que favorezcan un sueño reparador:
- Mantener un horario regular de sueño, acostándose y levantándose a la misma hora todos los días.
- Evitar el consumo de cafeína, alcohol, tabaco y otras sustancias estimulantes antes de dormir.
- Crear un ambiente adecuado para el descanso, con una temperatura confortable, poca luz y poco ruido.
- Elegir una almohada y un colchón que se adapten a las necesidades de cada persona, según su peso, altura y postura preferida.
- Realizar ejercicios de relajación o meditación antes de acostarse, para liberar la tensión acumulada durante el día.
- Evitar el uso de dispositivos electrónicos como el móvil, la tablet o la televisión al menos una hora antes de dormir, ya que emiten una luz azul que inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño.
- Consultar con un médico si se padece algún trastorno del sueño como insomnio, apnea o síndrome de piernas inquietas.
Además de dormir bien, existen otras opciones para tratar el dolor de cuello. Una de ellas es la proloterapia, una terapia regenerativa que consiste en inyectar sustancias naturales en los ligamentos y tendones afectados por el dolor. Estas sustancias estimulan la producción de colágeno y favorecen la cicatrización del tejido dañado. La proloterapia es un tratamiento seguro y eficaz que puede mejorar la calidad de vida de las personas que sufren dolor crónico.