Cada vez hay más evidencia científica que vincula el estilo de vida sedentario con un mayor riesgo de desarrollar demencia. Si bien la genética juega un papel importante, nuestras decisiones diarias, como la cantidad de ejercicio que hacemos, pueden influir significativamente en nuestra salud cerebral a largo plazo.
¿Cómo afecta el sedentarismo a nuestro cerebro?
El ejercicio físico regular estimula la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, los cuales son fundamentales para el buen funcionamiento cognitivo. Por el contrario, la falta de actividad física puede provocar:
- Reducción del flujo sanguíneo cerebral: El ejercicio mejora la circulación, lo que favorece el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro.
- Disminución del volumen cerebral: Estudios han demostrado que las personas sedentarias tienden a tener un cerebro más pequeño, especialmente en las áreas relacionadas con la memoria y el aprendizaje.
- Mayor riesgo de inflamación: La inflamación crónica está asociada con diversas enfermedades, incluida la demencia. El ejercicio puede ayudar a reducirla.
¿Qué podemos hacer para proteger nuestro cerebro?
- Incorpora el ejercicio a tu rutina diaria: Busca actividades que disfrutes, como caminar, bailar o nadar.
- Varía tus actividades: Alterna entre ejercicios aeróbicos, de fuerza y de equilibrio.
- Consulta a un profesional: Un fisioterapeuta puede diseñar un plan de ejercicio personalizado para ti, especialmente si tienes alguna condición médica preexistente.
La proloterapia como complemento
En Proloterapia Medici, entendemos la importancia de un enfoque integral para la salud. La proloterapia, combinada con la fisioterapia, puede ayudar a mejorar la función articular y muscular, lo que facilita la realización de ejercicio físico y, por ende, contribuye a la salud cerebral.